Los síntomas no sólo difieren en naturaleza, sino en intensidad.
El tiempo que tardan en manifestarse es otro factor que depende de cada organismo. Pueden presentarse a los pocos minutos de haber consumido un producto comestible en particular u horas después.
Los síntomas más comunes, que van de leves a moderados, incluyen:
- Picor y enrojecimiento en cualquier parte de la piel
- Aparición de ronchas
- Sarpullido
- Picazón en la boca y dentro del canal auditivo
- Náuseas y vómitos
- Dolor estomacal
- Diarrea
- Congestión o secreción nasal
- Tos seca, estornudos y un sabor extraño en la boca
Los síntomas más serios:
- Hinchazón y sequedad en la zona de los labios, la lengua y la garganta. Cuando esto ocurre, el individuo alérgico podría experimentar dificultades serias para tragar sólidos o líquidos. La inflamación en la garganta puede ser tan severa que llegue a dificultar o bloquear por completo las vías respiratorias.
- Bajada en la presión arterial que puede, a su vez, provocar una sensación de mareo, confusión, debilidad o llevar al desvanecimiento.
- Dolor en el pecho o de un pulso debilitado.
- Choque anafiláctico. Se revela cuando varias de las afecciones antes mencionadas vienen acompañadas de taquicardia y el pulso aumenta repentinamente para luego descender por debajo de lo normal. Si no se atiende pronto, el paciente terminará perdiendo el conocimiento. Todos estos problemas son un reflejo de lo que ocurre en el interior del organismo: los vasos sanguíneos se dilatan, los tejidos se llenan de líquido y los órganos no reciben un volumen adecuado de sangre.
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